lunes, 19 de enero de 2015

"Gritos a la libertad".



Alzaste el puño izquierdo y gritaste libertad, el mundo calló para escuchar tu petición entre todas las voces que se alzaban, rodeados por justos que pedían justicia, pedían más.
Pero no nos escucharon, aplacaron nuestras voces con mentiras, tumbaron nuestras banderas en busca de conquista, colonizábamos el derecho de expresión.
El amor que repartíamos, hermanos de una misma patria con un mismo fin.
¡Libertad!” se oía por las calles, cansados de que hiciesen oídos sordos a nuestros ruegos, a que nuestro único verde se encontrase en los parques, los mismos donde ahora dormían niños y familias enteras, hartos de que luciesen con orgullo colores que no representaban la realidad, la verdad de una vida en la que se nos concede una libertad a medias y se nos niega un libertinaje.
Miles de voces se alzaban en pos del amor libre, las aceras abarrotadas de mujeres besándose entre ellas, de hombres agarrados de la mano, de familias harapientas, de niños desnutridos, de locos que quizás no lo estamos tanto.
Así que, cuando alzaste el puño y observé el rojo del sol, cuando alcancé a ver las margaritas y ondeó el morado en la apuesta nocturna, en ese entonces, grité por todos nosotros, por la libertad, por mucho más.


En dedicatoria a mi chica revolución, mi Carolina. Por enseñarme que este mundo no está del todo perdido y merece la pena luchar por esta causa.”



No hay comentarios:

Publicar un comentario