Que
el intestino delgado se hace nudos solo si pienso que te quiero y me
pregunto el porqué de cada cosa que piensas y, ¡silencio!, que los
gatos maúllan y no les dejamos dormir, aunque creo que nunca lo
hacemos.
Por
todos los versos del mundo o todos los besos que te debo si mientras
me miras con ojos de felino, arañas la Luna en sueños. Y ya el
insomnio es un problema, porque no me dejas dormir, vivir, pensar.
Desaparece de mi subconsciente, deja de ser música en mis manos con
las cuerdas y deja de atar mi garganta al tragar, y dime que el
silencio si molesta y hazme incomodar. Deja de susurrarme al oído,
deja de besarme si estoy mal, destrózame de un latido, déjame que
te ame si te vas.
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