martes, 20 de enero de 2015

"Cigarrillos que saben a noches sin ti".


ermíteme decir que las noches en vela saben agridulces si no puedo entonar melodías que me recuerdan a tu voz, a la voz que me enseñó cosas impresionantes, a la que afinó a las seis cuerdas de mi guitarra de madera.
Déjame que te susurre eses con textura de silencio, sueños, sonrisas y sarcasmo.
Hazme ver que siguen los recuerdos que creía borrados, crea melodías que destrocen mis manos.
Enséñame una vez más el aroma amargo de lo que me has dejado.
Recuérdame tomarte una vez más en mis brazos.
Borra los momentos que pasamos, inventa nuevos que sepan a tus labios.
Olvida lo que una vez creí haberte enseñado, vuelve del más allá y dime que no mes has olvidado.
Deja que sean los cigarrillos no consumidos los que me quemen en la ausencia del fuego de tu alma ya apagado.
Recuérdame porque te has marchado, recuérdame si alguna vez soy capaz de olvidarlo.
Y aunque 'adiós' es una palabra de despedida, te diré “hasta que volvamos a reencontrarnos”.

Las ausencias duelen, el silencio más aún. El alma no se olvida, el cuerpo quizás sí. Tu alma está pegada a mi abuelo, tu ausencia se llena con tus recuerdos. Te quiero y te echo de menos.”


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