miércoles, 7 de enero de 2015

"Co-razones rotos."


Bragas descosidas o camisetas amontonadas, la respuesta de mi duda se refleja en el carmín corrido de tus labios al regalar besos originariamente míos, sensaciones que yo te enseñé a provocar algunas noches y que tú has decidido propagar, como el fuego de un incendio en verano y yo haciendo de bombera, apagando los resquicios de algo que nos quedó a media y que, tras tu excusa, has decidido terminar con veinte o treinta más. ¿Y eso es amor? No, es el vicio que provocar tu sonrisa, la cual ninguno sabe como trastocarla y hacerte suspirar, nadie te regalará eso en bandeja, la magia es la cerilla, perdida entre la llama de la vela, quererte como el fuego al hielo, ardiente pero dolorosamente, opuesta a un mar con un sinfín de dudas, con recovecos destrozados por lágrimas que supieron a sal y tantos otros tuyos, o a tantas mentiras que apagaron el sol y lo transformaron en bochorno. Y es que el frío también quema, como todo este desastre, como tú, porque el caos también puede ser precioso o eso solía decirte, pero nunca me dejaste acabar la frase, ni los versos, ni el café, ni esto que nunca fue nada y que para mi lo significó todo. ¿Rotos? Los platos, los silencios y algunos corazones que decidieron unirse al mío, soy el producto de todo el dolor que has causado, ten miedo, que del hielo, también puede surgir el fuego.

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