Ahora
la noches en decadencia se han convertido en arte, el arte del
insomnio. De pensarte de madrugada, dejando correr las agujas
somnolientas del reloj, mientras construyo escaleras al cielo con mis
manos en la guitarra deseando que el amor que regalas sea solo para
mi. Que los amaneceres de tus ojos solo sean míos y que la hora de
dormir, solo sea el principio de la noche.
Madrid
tiene insomnio de ti y yo tengo ganas de tus versos en mi espalda con
uñas sin dolor, con amor sin freno y demasiada pasión, como una
moto que acelera sin frenos ni dirección y que impidamos que se
estrelle. Que sea el poder de tu risa el que de un giro a la
estación, que sea invierno en mis mejillas, verano en tus caderas y
primavera en mi corazón. Que en otoño llueva y nos resguardemos del
dolor, que las hojas caducas no apaguen la pasión, que esto no
marchite cual flor.
Infusiones
de tus sabores y poesía para una noche más, artista del sueño que
hoy no me quiere resguardar.
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